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Rutas de senderismo por La Pedriza de Manzanares

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Las rutas de senderismo por La Pedriza de Manzanares que puede realizar el aficionado a las excursiones por la montaña pueden llegar a ser infinitas. Las posibilidades que ofrece este espacio natural son excelentes, para todos los gustos, desde la más relajadas para poder realizar en familia, hasta otras más complicadas tanto por la longitud de los recorridos y dificultad.

Antes de salir de casa dispuestos a pasar un día familia en el campo, preguntamos y nos interesamos acerca de lo difícil que puede ser una ruta. El senderismo, como todo en la vida, requiere esfuerzo y dedicación. Pero si vamos con los más pequeños, es importante que la ruta no sea peligrosa o extremadamente compleja. Aunque eso no es todo.

Si tenemos pensado estar dos o tres horas caminando, necesitaremos crema para el sol o varias botellas de agua. Y si metemos un tentempié pues mucho mejor. Para ello no podemos olvidar llevar una mochila cómoda.

En esta ocasión, nuestra pretensión es mostrar aquellas rutas de senderismo por La Pedriza de Manzanares más comunes. Esas rutas que nos permitan disfrutar de un día en la naturaleza en un paraje de incomparable belleza. Unas rutas de senderismo aptas para un gran público, incluso niños y que no requieren una alta experiencia en este tipo de actividad.

Estas rutas de senderismo por La Pedriza de Manzanares no acercaran a disfrutar de unas excelentes vistas del entorno y llegar a puntos claves de La Pedriza, como: Manzanares el Real, Canto Cochino, Cancho de los Muertos, Collado Cabrón, La Dehesilla, El Tolmo, El Yelmo o al mismo Refugio de Giner de los Ríos, punto de partida de muchísimas más aventuras.

De Manzanares el Real a Canto Cochino

Mochila escolar en mano y botellas de agua preparadas, solo nos falta saber qué opciones tenemos para realizar este itinerario. Partiendo de Manzanares el Real, siguiendo la carretera que atraviesa el pueblo, al final de este, una carretera que sale a la derecha, indica el camino hacia El Tranco. Este recorrido suele utilizarse para aquellos que llegan a El Tranco en coche, aunque en épocas estivales es dificultoso aparcar. La otra opción mucho más atractiva se realiza a pie. Se inicia en la iglesia parroquial de la Virgen de las Nieves, en el centro del pueblo. En dirección al río, se atraviesa el puente romano, lugar de paso de la Cañada Real Segoviana. En pocos metros se divisan las ruinas del antiguo castillo. Siguiendo el sendero, se observa el único de los molinos de agua que aún se mantiene en pie en el curso del río Manzanares. Pertenece al siglo XVII, aunque fue construido sobre las ruinas de otro anterior del siglo XV. En menos de un kilómetro se llega a la altura del Canto Redondo, lugar en el que cuentan que se celebraban ritos paganos. Hoy día, en este lugar se celebra la romería de la Virgen de Peña Sacra. La ermita dedicada a ésta se halla muy cerca. Desde aquí, se contemplan bellas panorámicas de la zona. Hay que retornar un poco el camino en dirección al río, que se debe cruzar para poder acceder a El Tranco. El Tranco cuenta con numerosos merenderos para tomar el merecido descanso intermedio. Una vez en El Tranco, una pequeña pista indica el comienzo del sendero. Es un camino cómodo y bien señalizado que permite al caminante situarse en unos 30 minutos en el aparcamiento de Canto Cochino. El agua acompaña en todo el recorrido. Durante el trayecto se pasa por un pequeño merendero, situado justo enfrente del risco denominado La Foca, lugar muy preciado por los escaladores en verano. Continúa el sendero y bien podemos acceder a Canto Cochino por una orilla u otra del río. Si se opta por cruzar un pequeño puente de cemento, el camino es muy evidente. A la derecha se puede observar La Tortuga o Cancho Losillo. Siguiendo por el otro lado, a la altura de las casas forestales, hay un puente de madera que permite acceder también al aparcamiento de Canto Cochino.

Rutas de senderismo por La Pedriza de Manzanares

De Canto Cochino al Cancho de los Muertos

El sendero que conduce al Cancho de los Muertos y al Collado del Cabrón, es otra de los clásicas rutas de senderismo de La Pedriza de Manzanares. Se encuentra muy bien señalizado y no hay problema de pérdida. Desde el área de Canto Cochino, se atraviesa una pasarela que justo va a dar enfrente con las casas forestales. Tomar el camino a la izquierda. Ya aquí, se indica el comienzo del sendero mediante unas balizas numeradas. El sendero discurre por pinar, en el que tampoco faltan las jaras, los enebros o los tobiscos. También salen al paso jóvenes ejemplares de encina y roble. El Collado del Cabrón es una pequeña explanada en la que se puede hacer un alto en el camino. Del origen de su nombre se afirma que fueron los pastores los encargados de bautizar es te collado, como consecuencia de un lance entre cabras monteses. Esta vivió en La Pedriza hasta el siglo XIX, fecha en que pareció extingirse. A principios de 1990 se reintrodujo y hoy no es difícil verlas en El Yelmo, en El Hueso y en otros tantos riscos de la sierra. Mapa del itinerario. Desde el Collado del Cabrón se tienen una de las mejores vistas de La Pedriza. Hacia el norte se divisa El Pajarito, mientras que hacia el este se contempla a su también homónimo El Pájaro o Pinganillo. Este último nombre se debe a que tiene forma de carámbano invertido. Y rematando éste parece posarse una paloma. De ahí que sea actualmente más conocido como El Pájaro. El Pajarito, como su nombre indica tiene formas muy parecidas, pero es algo más pequeño. En otro tiempo fue denominado El Pájaro, pero este nombre termino por popularizarse más para designar al Pinganillo. También desde esta misma perspectiva se contempla El Hueso o Peñalarco, el Collado de la Dehesilla, el Refugio Giner de los Ríos, que aparece como una pequeña y recoleta casita y una enorme piedra en medio de una pradera. No es otro que el famoso Tolmo, enorme mole granítica que cuenta con 18 metros de altura y pesa unas 8.000 toneladas. Se dice que este pedazo de «terrón» cayó desde las partes más altas de la Pedriza posterior, asegurando muchos que proviene de El Yelmo o de la vertiende derecha de El Pájaro. Tras haber «capturado» bien con la vista, bien con una cámara fotográfica, estas magníficas panorámicas, en poco tiempo se accede al Cancho de los Muertos. También es posible observar desde aquí el Tolmo, el Refugio o El Pájaro y el Collado de La Dehesilla, pero tal vez el caminante se sienta más deseoso de conocer el lugar donde se encuentra, terreno de nombre escabroso. De este conjunto de crestas dispersas, denominado en otros tiempos Campo Santo o Cancho de los Muertos, que tanto llama la atención desde el aparcamiento de Canto Cochino, La leyenda del Cancho de los Muertos de La Pedriza de Manzanares Se cuenta que hace mucho tiempo el jefe de una banda de «peseteros» se apoderó de una mujer de Madrid de familia aristocrática. Esta se convirtió en su compañera durante mucho tiempo. Cierto día, él tuvo que marcharse con la cuadrilla para realizar un trabajo y dejó al cargo de la mujer a dos de sus hombres. Estos quisieron aprovecharse de ella y sortearon quién sería el primero. Cuando intentaron abusar de ella, la mujer comenzó a gritar y en ese momento llegó el jefe de los secuaces, que se enzarzó con uno de ellos en una terrible pelea, muriendo el que había intentado abusar de la señorita. De este modo, le ordenó al que había quedado vivo que llevase al compañero a un terreno más apropiado para enterrarle, dirigiéndose al Cancho de los Muertos. Este arrojó el cadáver y el jefe empujo al secuaz para que también muriera. Lo que no se esperaba es que el que iba a morir le asió de la pierna y ambos se despeñaron. La mujer anduvo mucho tiempo vagando por La Pedriza. Hasta que fue encontrada por un pastor que la llevó con su familia. Llegados al Cancho de los Muertos, se puede descender por el camino de ida o desde el Collado del Cabrón bajar por la senda que desciende hacia el GR-101. Este último desciende entre jaras hasta llegar a un pequeño soto. Desde aquí, se retoma el camino del principio de la senda.

De Canto Cochino al Collado de la Dehesilla

De Canto Cochino al Collado de la Dehesilla De Canto Cochino al Collado de la Dehesilla[/caption] Es también una de las más frecuentadas y recurridas rutas de senderismo por La Pedriza de Manzanares. Desde el aparcamiento de Canto Cochino se coge la denominada «autopista» de La Pedriza, a la izquierda de las casas forestales, una vez pasado el puente. El camino es bastante evidente. A la derecha se escucha el rumor del arroyo de La Majadilla. Hacia el kilómetro uno, se encuentra la Charca Kindenlan. Este nombre forma parte de la historia de La Pedriza. Ultano, José Manuel y Juan Kindenlan fueron grandes montañeros y arriesgados escaladores de estos pagos. Fueron los primeros que intentaron escalar el Pinganillo o El Pájaro en Diciembre de 1913. Aunque no pudieron llegar a la cumbre. Además de la Charca, muy famoso fue en otro tiempo el denominado Chozo Kindenlan, donde existía un cuaderno en el que se reflejaban las diferentes escaladas. Se retoma el camino, habiendo contemplado antes enfrente, la silueta de Peña Sirio. Un kilómetro aproximadamente después, un cartel indica un desvío a la derecha donde, a través de una pasarela, se accede al Prado Peluca. Desde aquí, justo encima, se encuentra el refugio Giner de los Ríos. Al subir, se puede repostar agua en la Fuente de Pedro Acuña. La Agrupación Peñalara comenzó la construcción de un refugio por suscripción pública. La iniciativa, coincidió con la muerte de Francisco Giner de los Ríos, profundo amante de la Sierra de Guadarrama. Hasta Alfonso XIII llegó a colaborar en la construcción donando 500 pesetas. Hoy día se puede dormir y comer en esta pequeña casa en medio de la Sierra. Detrás del refugio, se levanta la denominada Momia. Desde el Refugio se continúa hasta el enorme domo que es el Tolmo, con más de 18 metros de altura y unas 800 toneladas de peso. Siguiendo el sendero se accede al Collado de la Dehesilla, a 1.453 metros de altura, donde se pueden «capturar» una de las mejores vistas de La Pedriza. También denominado La Silla, es la frontera natural entre la Pedriza anterior y la posterior. El itinerario de subida es ascendente en todo momento, pero la subida es suave. Suele emplearse en torno a la hora y cuarenta y cinco minutos para la subida, ya que el último tramo del Tolmo al Collado de la Dehesilla, es algo más empinado, y hora y media de vuelta.

De Canto Cochino al Yelmo o Peña Diezmo

Ascensión al Yelmo. Rutas de senderismo por La Pedriza Ascensión al Yelmo. Rutas de senderismo por La Pedriza[/caption] El Yelmo es, seguramente, el símbolo de La Pedriza. Ya en el Libro de la Montería del Rey Alfonso XI, se menciona El Yelmo como lugar por donde jugueteaban los Osos. Con el tiempo fue denominado Peña Diezmo, porque señalaba el punto donde se pagaban los tributos del Real de Manzanares. Ambos nombres coexistieron durante un tiempo. El primero por su forma física y el segundo, por su sentido «geográfico» o «fiscal». En el camino de subida suele emplearse entre hora y media y dos horas, dependiendo del tiempo y del peso que se lleve. Desde Canto Cochino, hay que cruzar el puente hasta las casas forestales y tomar el camino de la derecha, que conduce a una pradera. Rápido se divisa otro puente, que hay que pasar. Tomar el camino hacia la izquierda y en pocos metros, antes del risco denominado La Familia, sale una estrecha vereda, que conduce hasta el denominado Cancho de los Brezos, a cuya derecha se encuentran los Altos de Medina. Mediante unas zetas se asciende, dejando a la izquierda el denominado risco de Los Principiantes. Superada esta subida, el camino se suaviza. El sendero es bastante evidente. Se llega a una extensa pradera, desde donde se toma un camino de subida, que conduce hasta las Praderas de El Yelmo. No es raro encontrar aquí a multitud de escaladores. Además de ser uno de los sitios clásicos de escalada, aquí se recuerda que se instaló el primer buzón alpino de la Sierra de Guadarrama, que hoy ya no existe. En los días fríos, muy temprano, se puede ver juguetear a las cabras monteses por las piedras. Tampoco es extraño ver caballos salvajes y ganado vacuno. Hay una pequeña fuente, pero es conveniente llevar agua, ya que en épocas estivales suele secarse o no encontrarse con suficientes condiciones de potabilidad.


 

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