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Villa ducal de Lerma

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La burgalesa villa de Lerma se alza sobre un alto promontorio al que da acceso una gran puerta de carácter militar. En ella destaca su gran plaza porticada, en la que se lidiaban toros; el gran palacio del duque, severo y uniforme, con dos patios renacentistas, y, sobre todo, la colegiata, del gótico final. Su ordenación urbana se encuentra entre las más importantes obras del siglo XVIII en España.

Palacio Ducal de Lerma

Lerma fue la Villa ducal del Duque de Lerma, favorito de Felipe III, a principios del siglo XVII. Como valido real, fue máximo de España durante veinte años, entre 1598 y 1618. Se decía por entonces: “Para no morir ahorcado, el mayor ladrón de España se vistió de colorado”, en alusión al duque, quien obtuvo gran riqueza y para evitar ser condenado por la justicia se hizo cardenal.

No obstante, el duque fue el principal impulsor de la villa, pues la cuidó y levantó un buen número de edificios. Delegó en el arquitecto Francisco de Mora, discípulo de Herrera, para acometer el proyecto de renovar la villa en su totalidad, llegando hasta disponer de seis conventos dominicos, franciscanos y carmelitas. Se comentaba que con tal ostentación buscaba competir con la grandiosidad e importancia que tenía El Escorial. El mismo Felipe III se desplazó en distintas ocasiones a esta ciudad burgalesa para disfrutar de los festejos taurinos que se celebraban en su Plaza Mayor.

Gracias a esta obsesión del duque, Lerma es hoy uno de los rincones más bellos de Castilla y León y, por ello, ha sido declarado conjunto monumental histórico – artístico. Un vez que fue desviado del casco urbano, la transitada carretera nacional MadridBurgos, el municipio retomó su añorada tranquilidad.

Por los alrededores de la popular Plaza Mayor se extiende el casco antiguo, al que se accede a través de un arco con torres, un itinerario muy bello que envuelve al viajero en el ambiente de aquellos años. Este esplendor de su pasado se ve mínimamente alterado por algunos establecimientos que se alternan las elegantes y señoriales fachadas.

Qué visitar en Lerma

Palacio Ducal (1601 – 1617). Característico de la época de los Austrias, el Duque de Lerma aprovechó el emplazamiento del antiguo castillo medieval. Realizado según las trazas de Francisco de Mora, fue construido en sucesivas fases, concebido como morada de los Duques, a la vez que regio aposento para la corte de Felipe III, con motivo de los retiros cinegéticos en la villa.

Su disposición es característica de los palacios castellanos. Consta de un patio central rodeado de galerías columnadas que se alternan con dos cuerpos, uno de 20 columnas de orden jónico y otro de otras 20 columnas de orden toscano con arcos de medio punto

Arranca también desde este patio una suntuosa y amplia escalera claustral. El Palacio fue utilizado como cuartel general durante la invasión napoleónica, perdiendo sus cuatro chapiteles. Ha sido rehabilitado como parador de Turismo, recobrando el encanto perdido en los siglos pasados.

Plaza Mayor. Frente a la fachada principal del Palacio se extiende un espacio de planta rectangular, limitada en sus otros lados por tres «cuerpos de edificios». Tiene 75 columnas de trozos de cantería con sus pedestales. Sobre las columnas, edificado en ladrillo, corre el segundo cuerpo con 72 balcones. La plaza era el marco ideal para las fiestas privadas (corral de comedias, lidia de toros a caballo, juego de cañas, luminarias, mogigangas…). De hecho, Lope de Vega o Góngora acudían a Lerma a representar sus obras teatrales en la Plaza. Pero el Duque ideó una variante bárbara de la Fiesta Nacional y que divertía a los cortesanos. Consistía en un despeñadero para el toro. Una vez toreado era incitado al balcón volado y este moría desnucado, precipitado por la pendiente hasta el río. De 6.862 metros cuadrados es una de las plazas más grandes de España, siendo el orgullo del Duque en la época.

Ex-Colegiata de San Pedro (1613 – 1617). La fachada típica herreriana destaca por la monumental portada principal, con dos columnas dóricas sujetando un entablamento decorado con los escudos ducales en las metopas, coronado por cornisa rematada por bolas. En el centro, una hornacina con frontón semicircular y la imagen de San Pedro. Como curiosidad, destaca la puerta que es la original de 1616 de madera de pino y con clavos de bronce. El bello retablo mayor es de estilo barroco, con abundante decoración, toda ella dorada y columnas salomónicas, decoración vegetal, estípites y amorcillos.

En el interior destaca por su belleza y solemnidad la estatua orante del tío del Duque, Don Cristóbal de Rojas y Sandoval realizada en bronce por Juan de Arfe y finalizada por Lesmes Fernández del Moral. También destacan los famosos órganos de 1615-16, construidos por Diego de Quijano, Organero mayor de Felipe III. Se visita únicamente con la visita guiada que realiza la Oficina de Turismo de Lerma.

Pasadizo del Duque de Lerma. En marzo de 2007 quedó inaugurado el nuevo «Pasadizo de los Arcos». Creado a comienzos del siglo XVIII, unía el palacio del Duque de Lerma y la Iglesia Colegial de San Pedro Apóstol. Hoy el tramo visitable es la unión de los Monasterios de Santa Teresa y Santa Clara en el Mirador de los Arcos. Es el único tramo conservado de las galerías cubiertas que comunicaban en el Siglo XVII, el Palacio Ducal con las iglesias y conventos de la localidad para que el Duque, el Rey Felipe III y sus más allegados pudieran desplazarse a los distintos oficios sin pisar la vía pública.

Este tramo fue construido entorno a 1609, siguiendo la tradición renacentista italiana y conforme a la concepción palaciega y urbana de los Austrias, a instancias del todopoderoso D. Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, valido de Felipe III. Una vez recuperado el espacio de este singular monumento, un estrecho corredor elevado sobre arquerías y abovedado, la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León ha realizado una instalación de carácter audiovisual en la que se ofrece información sobre el personaje y la época del Duque, las características de la monarquía a principios del siglo XVII y la relevancia de la villa en sus momentos de esplendor. Sin embargo, una parte importante de esta instalación se dedica precisamente a la decadencia del Duque, a la pérdida del favor real, las sátiras políticas y las habladurías de sus conciudadanos. Todo ello a través de proyecciones, creaciones virtuales y efectos sonoros en un ambiente evocador y sombrío.

Plaza de Santa Clara. Plaza recoleta, entre el monasterio de Santa Teresa y Santa Clara. En el centro de la misma, se encuentran los restos del famoso héroe y guerrillero durante la Guerra de la Independencia, D. Jerónimo Merino Cob: «El Cura Merino». En 1808 los ejércitos franceses saqueaban los pueblos de la comarca para aprovisionarse de víveres. Él, perfecto conocedor de toda la zona, les hizo frente con una partida de 2.000 hombres, controlando el Camino Real, apresando convoyes y correos de los franceses. Por sus acciones victoriosas fue nombrado Capitán y Teniente Coronel sucesivamente. Ganó 58 batallas a las tropas franceses destacando la toma de Roa, el rescate de Burgos, Ezcaray, Hontoria del Pinar, Quintana del Puente y la brillantísima intervención en la batalla de Vitoria. De él dijo Napoleón que «prefería la cabeza de ese cura a la conquista de cinco ciudades españolas». Fue nombrado Mariscal de Campo por Fernando VII. Posteriormente luchó al lado del bando carlista al mando de 11.000 hombres. Falleció exiliado en Alençon (Francia) en 1844; y desde mayo de 1968 descansan sus restos junto al «Balcón de Arlanza».

Conventos. San Blas, Convento de la Ascensión, Madre de Dios, Santa Teresa y Santo Domingo.

Zona Medieval. Arco de la Cárcel, Casas Medievales y Puente Medieval.

Alrededores, rutas y espacios naturales

Ruta por las Tierras de Fernán González. Burgos – Cuevas de San Clemente – Hortigüela – Covarrubias – Lerma. El itinerario recorre las tierras del antiguo condado de Lara, uno de los primeros de la primitiva Castilla. Fueron los dominios del legendario Fernán González, en el siglo X, que extendió su influencia de norte a sur y unificó bajo su poder a todos los condados de Castilla. Son muchos los testimonios que siguen recordando al “buen conde” como en los pueblos de Lara, en Covarrubias o en el monasterio de San Pedro de Arlanza.

Aranda de Duero. Ciudad próspera y punto neurálgico en las comunicaciones con Madrid, Burgos y Valladolid. Buena parte de su economía depende del turismo atraído inevitablemente por su monumentalidad y por su buen hacer en los fogones, donde el rey es el asado, acompañado el vino de Ribera.

Santo Domingo de Silos. Es una de las joyas de la escultura románica española. Su excepcional claustro, con el renombrado ciprés, es un sobresaliente modelo de equilibrio y perfección estética.

Valle de Esgueva. Desde la curva de la carretera que asciende desde Encinas de Esgueva hacia Roa se aprecia una buena perspectiva del valle, definido por la doble fila de chopos y enmarcado por los páramos. En la subida al páramo se tiene la sensación de haber coronado una montaña, algo inusual en este entorno.

La Yecla. Estrecha cortadura excavada en la roca por la que apenas entra la luz del sol. Se llega por una desviación desde Santo Domingo de Silos.

La gastronomía de Lerma

En la Plaza Mayor y en las calles circundantes existe un buen número de mesones típicos castellanos en los que poder disfrutar el afamado lechazo de Lerma, acompañado con una fresca ensalada, pan de torta y un buen tinto de Ribera de Duero.

Lerma y sus fiestas

San Antón (17 de enero). Junto a la Ermita de San Antón, situada en el barrio de San Francisco, es tradición la Bendición de animales durante la Misa matinal. Por la tarde, después de la celebración del Rosario, se lleva a cabo una singular tradición denominada «rodar la naranja». Los niños arrojan naranjas colina abajo. Una costumbre centenaria de la que se desconocen sus orígenes pero muy arraigada en la villa. Los vecinos del barrio organizan después una degustación de los productos de la matanza para todos los asistentes, acompañada con vinos del Arlanza y con el sonido de la dulzaina y el tamboril típico castellano.

San Blas (3 de febrero). A lo largo de todo el día se suceden las misas de bendición en la Iglesia del Monasterio de Dominicas de San Blas. Todos lo habitantes de Lerma y su comarca acuden con productos alimenticios, especialmente roscas de pan o dulce, llamadas de “San Blas” por realizarse solo para este día del año. Dice la tradición que estas roscas deben ser guardadas para combatir los dolores de garganta.

Carnaval. Tradicionales fiestas de carnaval con diferentes concursos de disfraces organizados por los bares y pubs de la Villa. Entierro de la sardina el martes con desfile de disfraces y Chocolatada organizada por la Asociación de Amas de casa.

Las Marzas (último día de febrero). Antiguamente se realizaban diferentes festejos para recibir la entrada de Marzo, relacionados con los diferentes tiempos de las cosechas. Hoy en día solo se realizan cánticos tradicionales a partir de las doce de la noche por las calles de la villa. Divididos en dos grupos, los participantes cantan las estrofas en diferentes enclaves de la población.

Semana Santa. Destaca en estas fechas la representación viviente de La Pasión la noche del Jueves Santo. Las calles se convierten en escenario de los diferentes hechos. Mas de 200 vecinos participan en el desarrollo de esta iniciativa que atrae cada año a miles de personas. Esta representación tienes su inicio el Domingo de Ramos, cuando los vecinos salen a recibir a Jesús portando palmas y ramas de olivo, laurel y encina. Es tradicional en Lerma que los niños porten ramas decoradas con dulces tradicionales. La jornada del Viernes Santo contiene la procesión de pasos portados por nazarenos de las diferentes cofradías. Múltiples procesiones durante toda la semana convierten a Lerma en estas fechas de recogimiento en un destino muy adecuado.

Mes del Barroco (sábados del mes de agosto). Agosto es el mes barroco por excelencia en Lerma. Todos los sábados del mes, a las 18:00 h, se celebran conciertos de órgano barroco y otros instrumentos en la Ex-Colegiata de San Pedro. Lerma posee dos de los mejores órganos del siglo XVII, construidos por Diego Quijano. Estos días se convierten en una oportunidad única de escucharlos, pues este emblemático edificio únicamente permanece abierto como parroquia los meses de verano. El hecho de que la Colegiata posea dos órganos enfrentados, obligó al Duque de Lerma a mandar componer música apropiada.

Fiesta Barroca (viernes y sábado, primer fin de semana de agosto). Durante estos dos días, el municipio se viste a la usanza del siglo XVII para celebrar una de las afamadas fiestas del Señor duque de la Villa. Diferentes actos completan las jornadas. Bailes, pasacalles, mascaradas, mojigangas, juegos de cañas, teatro o fuegos de artificio. La Plaza Mayor sirve de incomparable marco para la celebración de esta fiesta cortesana que recrea las jornadas vividas en Lerma para entretener y agasajar a la corte de Felipe III. Más información CIT de Lerma.

Lermeño ausente (primer domingo de agosto). Coincidiendo con el fin de semana en el que se celebra la Fiesta Barroca, este festejo se realiza para todos aquellos lermeños que viven fuera de la localidad durante el resto del año. Se celebra una misa concelebrada por sacerdotes hijos de la Villa. Se elige a la “Madrina del Lermeño” y al “Lermeño Ausente Distinguido”. Posteriormente se desarrolla un Comida de Hermandad.

Fiestas patronales (8 de septiembre). Celebraciones dedicadas a la patrona. La Natividad de Nuestra Señora, que tiene su festividad el día 8 de septiembre. Durante varios días se desarrollan diferentes actividades culturales, deportivas o religiosas. El sábado anterior a las fiestas en sí se desarrolla la Proclamación de la corte de honor. El acto que da comienzo realmente a las fiestas es el chupinazo que se se lleva a cabo desde el Balcón del duque del Paladio lermeño. Desfiles de peñas, corridas de toros, verbenas, fuegos artificiales, conciertos, romería…

Romería de la Virgen de Manciles (domingo más cercano al 15 de septiembre). Cientos de romeros acuden desde Lerma y localidades próximas, como Villalmanzo, Santa Cecilia, Ruyales del agua o Villamayor de los montes. Una misa solemne por la mañana da paso a la tradicional comida campestre. Por la tarde, rosario y procesión con la Virgen por la campiña al son de las dulzainas que interpretan la tradicional “jota de Manciles”. Todos los fieles y cofrades bailan alrededor de la ermita. Música en la campa y una gran traca que pone fin a las fiestas en la plaza del Mercado Viejo.

La Piedad (domingo más cercano al 22 de septiembre). Festividad celebrada en la ermita de la Piedad, donde los cofrades agasajan a los visitantes con diferentes refrigerios, aperitivos y dulces.

La Inmaculada (8 de diciembre). Festividad dedicada a la Inmaculada Concepción, patrona del Ayuntamiento de Lerma. Diferentes actos religiosos y la tradicional degustación de productos de la matanza entorno a hogueras convierten esta fiesta en una jornada entrañable. Se desarrolla en la tarde noche del día 8 y su ubicación va cambiando cada año. No falta la música ni las ya tradicionales sopas castellanas con las que el numeroso grupo de vecinos que se une, entra en calor. Chorizo, morcilla y rico vino de la Denominación de Origen Arlanza acompañan a todos aquellos que se acercan a disfrutar de la compañía y cordialidad de los lermeños.

Datos prácticos

Lerma posee una óptima red de comunicaciones: la autovía E-5 (Madrid-Burgos), la N-I (Madrid-Irún), que cruza en su km. 202. Además, la cruza un eje de carreteras de segundo orden de especial relevancia: Lerma-Quintana del Puente (Palencia), N-612; Lerma-Hortigüela (Covarrubias), N-612 Hacinas (Sto. Domingo de Silos), BU-900; Lerma-Roa de Duero, por Villafruela; Lerma-Pampliega.

Dista 201 Km. de Madrid; 200 Km. de Bilbao; a 38 Km. de Burgos, 75 Km. de Palencia; 120 Km. de Valladolid y 141 Km. de Soria. Las comunicaciones dentro de la comarca siguen un esquema radial cuyo centro es Lerma (Sto. Domingo de Silos, 31 Km.; Covarrubias, 22 Km.; Sta. María del Campo, 32 Km.).

Oficina de Turismo de Lerma. Centro de Iniciativas Turísticas de Lerma: Audiencia, 6 – Bajo – 09340 Lerma (Burgos). Tel.: (+34) 947 17 70 02

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