Queso picón, manjar de reyes

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Cuenta la tradición que el rey don Pelayo fue obsequiado con un queso picón de Tresviso tras obtener justa victoria en la batalla de Covadonga. Mas, el queso era tan grande que fue necesario disponer un carro para su transporte. Aquel presente agradó al monarca de tal manera que, como agradecimiento, hizo nobles a los donantes.

El tiempo transcurrido desde que don Pelayo recibió tan sabroso obsequio no ha cambiado el queso Picón Bejes-Tresviso. Si acaso, ha aumentado la fama de un manjar que respeta las normas impuestas por los primeros pastores que cultivaron la leche cuajada en las cuevas de Liébana y, más concretamente, en Tresviso. No obstante, las reglas higiénicas que exige su comercialización ha variado los materiales que se usan y, ahora, el aluminio sustituye a la tradicional madera.

Queso Picón de Tresviso

Aún así, en invierno, cuando la nieve corta los accesos a la zona de Andara y el pueblo queda incomunicado, se siguen utilizando las bodegas cercanas a los hogares y las cuevas para tan particular cultivo. Sólo es preciso que sean amplias y tengan una temperatura media de nueve grados centígrados, aunque, cuando los accesos son fáciles, se sube el queso a madurar a alguna de las minas de la Real Compañía Asturiana. En ellas, no hay corrientes de aire y la temperatura es de ocho grados, mientras que, donde existen soplaos, apenas alcanza la mitad.

Lejos queda cuando los trevisanos bajaban por Urdón a Potes, con las alforjas de los caballos llenas de unos diez kilos de picón para vender en el mercado de los lunes. Eran los años treinta, en la villa vivían unos ochenta vecinos, el kilo de queso se pagaba a cuatro o cinco pesetas y, al tardío regreso, se dormía en el pueblo de La Hermida, en casa de Ceferino Campo, o en la de Celestino Cotera, para alcanzar el hogar al día siguiente.

Y, aunque Pelayo ya hizo gran reconocimiento del buen sabor adquirido por el picón bajo los escarpes calizos, el salto a la fama internacional se produjo el 11 de marzo de 1986, cuando un ejemplar de Teresa Campo fue presentado por su hijo, Francisco Javier Campo, en Barcelona, en la I Cata Internacional de Quesos Alimentaria 86. Allí, el queso trevisano logró la medalla de oro entre los quesos de pasta blanda y enmohecido interno, superando al Gorgonzola italiano, al Roquefort francés y al Cabrales asturiano. No obstante, a pesar de que la denominación de origen alude a Bejes y Tresviso, lo cierto es que también se hace en Potes, Pesaguero, Cabezón de Liébana, Camaleño, Castro Cillorigo, Vega de Liébana y Peñarrubia.

Donde comer y dormir:
La Taberna (En Tresviso)Lugar de encuentro de los visitantes y montañeros que se acercan hasta una de las poblaciones más características del Parque Nacional de los Picos de Europa.

El establecimiento, dispone de bar, donde se ofrece información de itinerarios por Picos de Europa y, de un restaurante con capacidad para 40 comensales, con terraza para contemplar una magnífica vista del pueblo y el valle donde está asentado. Las especialidades gastronómicas del restaurante son el cocido montañés, el cabrito y el queso picón. En los postres destaca el arroz con leche, flan de la casa y para concluir la comida, té del puerto con orujo de Liébana.

En La Taberna, hay siete habitaciones con calefacción y agua caliente: dos triples con baño, una triple con baño compartido, dos dobles con baño, una de matrimonio con baño, una de matrimonio con supletorio y con baño. También hay doce plazas de albergue en literas, con ducha de agua caliente, lavabos, y calefacción. Tel.: 942 74 44 44 – 942 74 42 71

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