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Florencia en tres días

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Visitar la capital de La Toscana es un viaje prácticamente obligatorio para cualquier amante del arte, la filosofía o la ciencia. Artistas como Leonardo da Vinci o Dante Alighieri son solo unos pocos ejemplos de las maravillas que esconde esta ciudad tan concurrida. Cada año, son miles los turistas que, billete en mano, ponen rumbo a una de los rincones del mundo con más historia. Tanta, que su presencia en algunos de los libros o películas más famosas es incuestionable.

 

Ver Florencia puede acarrear un fuerte dolor de cabeza a más de uno que desee visitarla. Porque si algo tiene esta maravillosa urbe situada al norte de Italia es la gran cantidad de obras y recovecos a descubrir. Por este motivo, priorizar se convierte en un verbo obligatorio cuando se trata de exponer a votación, entre todos aquellos que realizarán el viaje,  qué museos, calles o catedrales no pueden dejar sin ver. Pero, ¿y si esto no fuera necesario?

 

Florencia en tres díasVisitar Florencia en tres días parece una misión imposible, pero ya decía Albert Einstein que quien no crea en lo imposible no moleste a quien lo hace. Y es que esta ciudad italiana cuenta con la existencia de varias empresas que ayudan a los turistas a entender su historia al más mínimo detalle. Expertos y  guías locales de la zona te llevarán a disfrutar de actividades muy variadas como tours concretos para conocer, entre otros secretos, la cúpula de Brunelleschi o excursiones de hasta tres días con una duración aproximada de seis horas diarias en las que no te quedarás sin ver un solo rincón. ¿Te lo demostramos?

 

Primera jornada

Tras la llegada a nuestro destino el viernes a primera hora de la mañana, pasaremos por el hotel a dejar las maletas y, tras una breve ducha, nos pondremos manos a la obra. Si hay un sitio por el que empezar nuestra visita, es sin duda el centro religioso de la ciudad, situado más concretamente en la Plaza del Duomo. Así que cámara de fotos en mano, nos disponemos a pasar la mañana  disfrutando de elementos arquitectónicos de gran valor, como la Catedral de Florencia o el Campanario de Giotto.

 

Para disfrutar del ambiente italiano en su máximo esplendor, haremos una pequeña pausa a media mañana en la Plaza de la República, uno de los puntos más turísticos, para tomar el típico capuchino y estirar las piernas antes de continuar con la aventura, que seguirá con la visita al Arco del Triunfo y la degustación de comida típica de la zona en alguno de sus restaurantes.

 

Por la tarde, nos acercaremos hasta la Vía Tornabuoni,  una de las calles más emblemáticas de Florencia que une el Ponte Santa Trinità con la Piazza degli Antinori y a lo largo de la cual se distribuyen tiendas de las mejores marcas de alta costura y monumentos de gran relevancia arquitectónica. Todo ello unido a una cena con aromas de Toscana y acompañada por alguno de los vinos más prestigiosos del país.

 

El David de Miguel ÁngelSegunda jornada

Sale el sol en la ciudad, y con él da comienzo nuestro segundo día de turismo. Nos encontramos ya en el ecuador del viaje y no podemos perder el tiempo. Por eso, este día lo dedicaremos por completo a visitar las obras de arte más prestigiosas, no solo de Italia, sino del mundo. Y, aunque en la ciudad abunden los museos, disfrutaremos de los principales que no nos podemos perder.

 

El sábado por la mañana desayunaremos rápidamente en el hotel y pondremos rumbo a la Galería de los Uffici, que es el museo más visitado de todo el país. Aquí podremos disfrutar de grandes obras de artistas como Leonardo Da Vinci o Rafael.

 

Tras esta parada, que nos ocupará unas pocas horas, nos acercaremos hasta el Palacio Pitti, que formó parte del patrimonio de los Médicis y es el museo más grande de la ciudad. En este edificio pasaremos un breve periodo de tiempo y, al salir, almorzaremos cerca de la zona.

 

Por la tarde, y tras pasear con un helado de chocolate por la ciudad, nos espera la Galería de la Academia, una parada obligatoria en la que disfrutaremos de esculturas como el David de Miguel Ángel, una obra esculpida sobre mármol de más de cinco metros de altura y que es todo un reclamo turístico.

 

Una vez salgamos de este museo, las pocas horas de luz que restan estarán destinadas al ocio, recomendando a quien lo desee, disfrutar de la noche italiana antes de acostarse.

 

Última jornada

Se acerca el final del viaje y aún nos quedan zonas por descubrir antes de coger el avión rumbo a casa. Durante esta jornada, que será algo más tranquila que la anterior, visitaremos a lo largo de la mañana lugares como la Plaza de Santa Cruz, el centro popular de la ciudad, en cuyo  panteón descansan los restos mortales de artistas como Miguel Ángel o Maquiavelo.

 

Después de comer un pequeño almuerzo por la zona, volveremos al hotel donde recogeremos nuestras maletas y diremos adiós a un viaje corto pero inolvidable.

 

Si visitas Florencia, debes saber que tarde o temprano volverás para sumergirte de nuevo en su atmósfera y descubrir todo aquello que dejaste en algún momento. Porque si algo tiene esta ciudad, es que siempre queda algo en su tintero. Desde revistaiberica esperamos que el artículo haya sido de vuestro interés y os animamos a dejar un comentario en nuestra web.

 


 

1 COMENTARIO

  1. Aprovecho este espacio para comentar de forma conjunta este artículo y el anterior sobre cruceros.

    En 2017 un par de familias hicimos un crucero por el Mediterráneo. La experiencia fue inmejorable tanto por la estancia en el barco como por las ciudades que tuvimos la ocasión de conocer.

    La duración de las visitas oscila entre 6 y 7 horas, lo que te permite hacerte una idea somera de cada ciudad. Pero lo suficiente para saber cuál elegir para un viaje más a fondo.

    Florencia es sin duda una de ellas. La toma de contacto que tuvimos nos hizo marcarnos el objetivo de regresar. Y el plan propuesto en este artículo parece ideal.
    ¡Gracias por la información!

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