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El placer de un buen vino blanco

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No hay nada mejor que llegar a casa tras un duro día de trabajo y servirse una buena copa de vino blanco mientras le contamos a nuestros mayores confidentes nuestras preocupaciones o mientras nos damos un baño de agua caliente. Eso sí, si lo hacemos con un verdejo, mucho mejor.

El vino es una de estas bebidas que cura todos los males. Si sois más de tinto, os interesará más la primera parte de este artículo. Pero si sois de los que aman el verdejo y el rosado tendréis que quedaros hasta el final, porque estos vinos hoy son nuestros protagonistas.

Cómo escoger una copa de vino

Seas o no fan del vino, seguro que sabes responder a la siguiente pregunta: ¿qué es lo primero que se hace con una copa de vino? Efectivamente, lo primero que hacemos (o hacen los expertos) con una copa de vino blanco, por ejemplo, es darle un par de vueltas y oler el aroma que desprende el vino para identificar, con bastante exactitud en muchos casos, los ingredientes a través de los cuales se ha compuesto.

Para hacer esto, no solo hay que tener en cuenta la calidad del vino. También hay que contar con un recipiente, una copa en este caso, de una calidad excelente para que nos ayude a identificar los olores procedentes del vino. Pero, ¿cómo identificamos una buena copa? Aquí os traemos las claves.

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que el modelo de copa no solo cambia con la variedad de uva con la que se ha elaborado el vino, sino que hay que valorar también el nivel de azúcar y el grado de alcohol que contiene. Además, si su elaboración es joven, fermentado en barrica o de crianza también hace variar el tipo de copa. Nosotros nos vamos a centrar en los vinos blancos, concretamente en el riesling, chardonnay y tulipa. Estos tres tipos de vino blanco son famosos por sus aromas florales y sus sabores afrutados, algo que las siguientes copas buscan potenciar.

La copa Riesling, como decimos ideal para vinos blancos aromáticos, es más abierta en la base para potenciar el aroma del espumoso y también es muy utilizada para beber champagne. La de chardonnay, por su parte, es ideal para vinos fermentados en barrica y se caracterizan por tener el balón de la copa muy amplio y el borde curvado hacia el interior con el objetivo de potenciar los aromas y canalizarlos. Esta copa se ve también en los vinos riesling. Y, otra de la que no podemos olvidarnos, es la copa tulipa. Por supuesto de cristal, es una versión mejorada de la copa tipo flauta en la que nos servimos el champagne. Su única diferencia reside en la base, algo más ancha.

Los secretos del vino blanco verdejo

Como decíamos al principio, los amantes del verdejo y el rosado (de este último hablaremos a continuación) tienen que seguir leyendo este post. Seguro que ahora llegamos a su parte favorita: las características de estos vinos tan gustosos al paladar y los tipos más famosos.

A grandes rasgos, los vinos verdejos está elaborados únicamente a base de la uva que lleva el mismo nombre o al menos de un 85% de esta variedad. Su sabor, de acidez media y con volumen suave, es sabroso pero con un toque amargo.

De aromas intensos pero afrutados (sobre todo cítricos), su elegancia les hace únicos, fáciles de distinguir entre el resto de variedad y, sobre todos, son muy agradecidos al paladar. Puedes combinarlos con gran cantidad de recetas que (casi) siempre acertarás.

Entre los verdejos más famosos y con más éxito entre consumidores encontramos el Protos (no es demasiado ácido y deja una sensación fresca en boca), el Descomunal que, como su propio nombre indica, está de rechupete gracias a un proceso de fermentación único que le ayuda a mantener todo el sabor de la fruta y, por supuesto, el vino Poema. Este último mezcla sabores tan ricos como los del plátano, el melocotón y la hierba fresca.

¿Qué hay del vino rosado?

Muy similar al verdejo, el vino rosado se caracteriza por la predominancia de los sabores frutales y su sabor fresco y suave, que hace muy difícil que no guste al consumidor. Ideales en primavera y verano, cuentan con notas de frutas como la manzana o los frutos rojos.

Dentro de sus tipos diferenciamos claramente dos clases. Por un lado encontramos el rosado de corte seco, caracterizado por mezclar entre dos o tres variedades de uva en su elaboración. Por otro lado, el rosado de corte dulce. Estos últimos son menos conocidos y están elaborados a partir de una única variedad de uva.

Si hablamos ya de maridar un producto, un plato de nuestro menú, entonces ambos cortes nos sirven. Con ensalada, pasta, pescado o arroz seguro que no fallas.

Desde revistaiberica.com esperamos que el artículo haya sido de vuestro interés y os animamos a dejar vuestras opiniones en los comentarios de nuestra página web.


 

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