Inicio En portada San Fermín: de rojo pasión

San Fermín: de rojo pasión

5358
0

Dicen que Hemingway los lazó al estrellato mundial. Pero lo cierto es que, antes de que Pamplona se convirtiera cada 7 de julio en el punto de mira del globo terráqueo, estas fiestas brillaron siempre con todo esplendor. Ayer, hoy y mañana, los Sanfermines siguen siendo una explosión de luz donde el blanco y el negro se funden con el rojo pasión.

Poco queda que contar de los Sanfermines. Siempre es lo mismo, pero nunca es igual. No en vano quien va, siempre quiere repetir. Y es quizá esa mezcla de lo religioso y lo pagano, ese espíritu totémico regado con los mejores caldos, siempre rojos, lo que le de una fuerza, originalidad, distinción. En definitiva, un carácter propio.

También muy poco podía imaginar Fermín, hijo del senador Firmo, en la Pamplona romana, que el culto a su persona se convertiría en una de las fiestas más emblemática de la antigua Hispania.

fiestas_01

Cuenta la tradición que fue Honesto quien evangelizó la ciudad, enviado por San Saturnino. Fue entonces cuando el padre del futuro San Fermín se convirtió al cristianismo, junto con toda su familia. Fermín, consagrado obispo, cristianizó Las Galias. El destino hizo que fuera encarcelado y decapitado en Amiens un 25 de septiembre. Aún no se ha conseguido arrancar de los anales de la historia en que fecha fue nombrado patrón principal de Reino de Navarra, pero si se sabe que se empezaron a realizar conmemoraciones en su honor el 10 de octubre, coincidiendo con el día que entró en Amiens. Desde 1591 se celebra en las fechas actuales.

El Chupinazo

Seis de julio. Diez de la mañana. La plaza del Ayuntamiento y las calles en torno a él se tiñen de blanco y rojo y sobre ellas, decenas de banderas enarboladas con fuerza, tratan de anunciar un gran acontecimiento. A las doce en punto desde el balcón principal del consistorio, el primer edil prende la mecha de un cohete y pronuncia las palabras clave: «Pamploneses. ¡Viva San Fermín!. ¡ Gora San Fermín!. La Fiesta ha comenzado y las charangas, los pañuelos rojos en alto y el griterío popular dan comienzo a una fiesta que finalizará el 14 de julio.

fiestas_02

Son días llenos de actuaciones, en los que no faltan los fuegos artificiales, las verbenas o los bailes folklóricos. Pero además de San Fermín, el toro y la fiesta en torno a él, son los protagonistas. El encierro es, seguramente el aspecto más conocido de la fiesta. El origen de tan particular festejo tiene sus orígenes en los pastores que llevaban los toros desde sus dehesas hasta las cercanías de Pamplona. Allí pasaban la noche y el día de la lidia, a primera hora, entraban a la carrera arropados por toros mansos o cabestros. Gente a caballo y a pie, con palos, ayudaba a dirigirlos hacia la plaza. Todavía no se sabe desde cuando se pasó de correr detrás, a correr delante. Así nació el encierro, que empezó con unos cuantos corredores y hoy, el número de participantes es tan grande, que puede resultar peligroso, a pesar de las diferentes medidas.

Pero San Fermín es mucho más. Es una oportunidad para conocer Navarra, para conocer su música, sus vinos, su rica y variada gastronomía y en especial sus gentes, recias, amables y eminentemente acogedoras.


 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.